EFLUENTES


TRATAMIENTOS DE EFLUENTES

El ozono (O3) es, desde el punto de vista químico, una variedad alotrópica del oxígeno formada por tres átomos de este elemento. Se forma al disociarse los 2 átomos que componen el gas oxígeno, por la aplicación de una energía suficiente. Cada átomo de oxígeno liberado se une a otra molécula de oxígeno (O2), formando moléculas de Ozono (O3).
EL OZONO es:
• Después del flúor, el compuesto más oxidante, debido a su facilidad para captar electrones.
• De fácil descomposición.
• En estado gaseoso es ligeramente azul.
• En igualdad de condiciones, es más estable en el agua que en el aire.
• Su solubilidad en el agua es 13 veces superior a la del oxígeno.

Debido a su altísimo poder oxidante y desinfectante comenzó a usarse para una gran cantidad de aplicaciones enfocadas al tratamiento de aguas, aire y eliminación de olores. Su desventaja respecto a otros desinfectantes como el cloro es que debe producirse “in situ” y disuelto en el agua tiene un periodo de vida corto no ejerciendo un poder desinfectante a largo plazo. Su ventaja respecto del mismo es que al descomponerse, su único residuo es oxígeno. Se considera que el ozono es el desinfectante de mayor eficiencia microbicida y requiere tiempos de contacto bastante cortos. Se ha demostrado que cuando el ozono es transferido al agua mediante un mezclador en línea, las bacterias son destruidas en dos segundos.

El ozono mata a las bacterias por medio de la ruptura de la membrana celular. Este proceso, conocido como destrucción de células por lisina, produce la dispersión del citoplasma celular en el agua: los lípidos insaturados son los componentes mayoritarios de la membrana citoplasmática que poseen las bacterias, el ozono ataca los enlaces olefínicos. Esta acción comienza la destrucción de la capacidad de la célula de funcionar. Este ozónido tiene un alto potencial de oxidación, es inestable, y ejerce su propia acción de desinfección atacando enzimas, grupos sulfridrilos o aldehídos, liberando compuestos peróxidos que son también desinfectantes, todo esto conduce a la dispersión del citoplasma y por consiguiente a la muerte del microorganismo.

A diferencia de las bacterias, los virus siempre son nocivos y provocan enfermedades a todo organismo al que atacan. Enfermedades tan comunes como la gripe, el catarro, el sarampión, la viruela, varicela, rubéola, poliomielitis, y otras muchas son debidas a virus.

El ozono actúa sobre ellas oxidando las proteínas de su envoltura y modificando su estructura, al ocurrir esto, el virus no puede anclarse a ninguna célula hospedadora por no reconocer su punto de anclaje, y al encontrarse el virus desprotegido y sin poder reproducirse, muere. La acción viricida es observable a concentraciones de ozono inferiores a la de acción bactericida.

Su alta solubilidad en el agua comparada con el oxígeno y por ser una molécula inestable, se transforma en un corto lapso de tiempo en oxígeno disuelto. Aplicado en dosis suficientes y necesarias para no destruir las bacterias contenidas en las macromoléculas orgánicas, y con la alta oxigenación producida, esta combinación produce un enorme desarrollo de las bacterias aeróbicas, en un caldo ideal de degradación.