El OZONO (O3) es un fenómeno natural alotrópico del oxígeno molecular (O2) que está presente, como un constituyente gaseoso, en las altas capas de la atmósfera.
Forma un delgado escudo que rodea la tierra y la protege de los rayos del sol. Es la única sustancia en la atmósfera que puede absorber la radiación ultravioleta proveniente del sol. Este delgado escudo hace posible la vida en la tierra. La palabra ozono se deriva del vocablo griego "ozein" que significa oler. Puede notarse su aroma fosforado después de producidas descargas eléctricas en el aire.
Su nombre químico es Peróxido de Oxígeno y su símbolo es O3.
El ozono tiene un punto de ebullición de -111,9 °C, un punto de fusión de -192,5 °C y una densidad de 2,144 g/l. El ozono líquido es de color azul intenso, y fuertemente magnético. El método comercial de obtención consiste en pasar oxígeno frío y seco a través de una descarga eléctrica.
Para su uso se obtiene, por síntesis, a partir de oxígeno y por medio de un proceso físico utilizando energía eléctrica en un aparato específico llamado “Generador de Ozono”; el que emite O3.
Es decir, es una mezcla de dos gases en un medio plasmático en donde el Ozono efectúa una reacción en cadena sobre el oxígeno actuando como hiperoxigenante e hiperoxidante, es mucho más activo químicamente que el oxígeno ordinario y es mejor como agente oxidante.
El primer generador de O3 lo construyó el alemán Werner Von Siemens en 1857. En la segunda década del siglo XX un químico también alemán, Justus Baron Von Liebig, fué el primero en estudiar sus aplicaciones para uso humano. Posteriormente los rusos aceleraron las investigaciones y transfirieron los conocimientos a los países aliados. El mayor auge lo tuvo en el transcurso de la segunda guerra mundial, utilizándoselo para los tratamientos de infecciones en los heridos de guerra. La aparición de los antibióticos frenó su uso en la medicina tradicional en los años 40 y posteriores pero el descubrimiento del plástico en 1950 hizo efectiva su utilización.
Hasta los años 80 solo fue usado por los médicos homeópatas. Posteriormente su uso se extendió a la medicina alopática (farmacológica) una vez efectuados los estudios científicos controlados de su eficacia. Esto permitió la autorización y regulación de la aplicación de esta terapia por los sistemas sanitarios para su uso en la medicina tradicional, en países como Alemania, España, Italia, Cuba, España, Rusia, China, Polonia entre otros.
En 1996, se crea la “Asociación Argentina del Ozono” (ADELO), Centro de atención médica e investigación científica en nuestro país.
Un generador de ozono, u ozonizador, es capaz de producir ozono artificialmente, mediante la generación de una alta tensión eléctrica (llamada "Efecto corona") que produce ozono, y, colateralmente, iones negativos. La generación de ozono tiene aplicación en la eliminación de malos olores y desinfección del aire, en el tratamiento y purificación de aguas, y en ozonoterapia.
Con el término "efecto corona" se quiere señalar al conjunto de fenómenos que llevan a la aparición de la conductividad del aire u otro gas alrededor de un conductor sometido a alta tensión. Siendo el origen de esta ionización la magnitud del campo eléctrico en la proximidad del conductor y en particular en las vecindades de las regiones de fuerte curvatura (efecto de puntas). Estas descargas disruptivas generan luz, ruido audible, ruido de radio, vibración del conductor, ozono y otros productos que causan una disipación de energía que debe ser suministrada por el sistema de alimentación. El efecto corona ha sido estudiado extensivamente en muchos de sus aspectos teóricos desde principios de siglo formulándose muchas leyes y ecuaciones tomadas como base por los diseñadores para la evaluación de los distintos fenómenos asociados. Aunque no es necesario tener un amplio conocimiento de la teoría de descarga en gases, sí es importante conocer la base de la cinética de gases para comprender mejor el mecanismo del efecto corona.