Ozono atmósferico vs Ozono médico.
Toda sustancia presente en una solución, puede tener principios terapéuticos o letales. Esta diferencia estará basada en su concentración. Por lo tanto, un mismo producto, según el grado de concentración, nos puede beneficiar o intoxicar. El principio activo de la sustancia (que produce una reacción positiva o negativa) concentrado en una solución, nos indicará la participación de éste, en el medio actuante. Esta reacción, puede localizarse en un sitio prefijado o reaccionar en cadena sobre todo el sistema aplicado. La velocidad de reacción estará relacionada por factores endógenos y exógenos, como ser temperatura, presión y grado de concentración. Esta velocidad de reacción, estará supeditada a los estímulos físicos, químicos y bioquímicos que compongan el espectro del medio a reaccionar. En el caso que nos interesa, el gas ozono, sabemos que está sujeto a estas primicias interactivas.
¿El ozono existente en la ozonósfera es similar al producido por síntesis fisicoquímica por los reactores generadores existentes?
Recordemos que para realizar la síntesis de un elemento, debemos respetar las mismas condiciones ambientales, a fin de lograr un grado de similitud equivalente al producto inicial. En la ozonósfera, la producción del gas ozono, se realiza a 80 °C bajo cero y a una presión ambiental de 30 mm de mercurio. La producción en los reactores a nivel del mar, se realiza a 20 °C y a una presión de 760 mm de mercurio. Por lo tanto, a primera vista, las condiciones ambientales son distintas. En la primera de ellas, el medio donde se realiza actúa como un desacelerador por su baja temperatura y un acelerador por su baja presión. Si no existiera esta baja presión atmosférica no se podrían efectuar las reacciones, por cuanto el grado de desaceleración impediría la ruptura de la molécula de oxígeno. A nivel del mar, se da el caso inverso, el aumento de temperatura es sostenido por la suba de presión atmosférica, logrando su producción. Por otro lado, la ruptura de la molécula de oxígeno, por medio de un fotón en un campo dieléctrico (donde los voltajes y frecuencias son disímiles), no es similar a la realizada por el astro Sol.
Esto nos indica que el ozono atmosférico no es igual al producido por síntesis.
Si no es similar, ¿el nombre químico debería indicar el producto final, como sustancia activa del mismo?
Consideremos esto:
Según la nomenclatura química, un peróxido es la combinación del oxígeno con otro elemento o consigo mismo, unidos por enlaces simples. Ejemplo: agua oxigenada.
A estos productos se los denomina óxidos de superior grado de oxidación. Además, las uniones de elementos pueden producirse por funciones moleculares o por funciones iónicas, como es el caso del ozono. Si consideramos estos alcances, nos encontraríamos con un elemento superoxidante unido entre sí por funciones iónicas -moléculas y átomos de oxígeno- ambos con carga electronegativa en su envoltorio exterior, lo cual produciría una repulsión espontánea al acoplarse entre sí. A muy baja temperatura este proceso de repulsión se desacelera, pero no así en las reacciones a nivel del mar.
Por lo expuesto, el nombre químico del producto obtenido por los generadores -denominados de ozono- es un Peróxido de oxígeno, en soluciones plasmáticas.
Por lo tanto, su grado de oxidación se rige por las normas de valoraciones normales a los ensayos químicos -volumétricos o fotométricos- sin excepción. El denominado Ozono médico, es un Peróxido de oxígeno, que parte de un substrato de oxígeno medicinal disociado por una corriente eléctrica. Esta energía destruye la doble ligadura de la molécula de oxígeno en átomos y éstos, por función iónica, pretenden unirse a las moléculas de oxígeno por un muy brevísimo lapso de tiempo, dada la repulsión generada por sus cargas negativas. Cuando la aceleración de reacción es altamente rápida, pueden producirse acoples de 2 átomos sobre la misma molécula, produciendo una molécula tetratómica, de alto poder oxidante.
En la ozonoterapia, tratamiento médico mediante peróxido de oxígeno, con fines terapéuticos, existen diversas formas y vías de aplicación, como así usos y concentraciones diversas, según las Escuelas de conocimiento. Podemos apreciar en notas, libros, estudios, trabajos y formaciones académicas, diversas valoraciones en sus concentraciones de aplicación. Sus expresiones son variadas, se parte de gramos por metro cúbico, miligramos por litro, microgramos por mililitro, partes por millón, partes por billón, porcentual, por volumen o por peso. Todas son válidas, según el grado de interpretación que se desea obtener. Debemos recordar que toda monodroga puede tener efectos terapéuticos o letales.
El ozono medicinal -peróxido de oxígeno- no escapa de este axioma. Puede ser bueno o malo, dependiendo de la dosis a aplicar.
¿Cómo podríamos apreciar el valor de estas dosis?
Si los valores internacionales de cualquier bibliografía, emanados de entidades e instituciones rectoras en la materia, como ser la Organización Mundial de la Salud, indican que concentraciones superiores a 0,05 ppm son tóxicas en funciones respiratorias, tendríamos una primera evaluación de concentraciones aéreas. El Código Alimentario Argentino, nos indica que en soluciones hídricas las concentraciones de ozono, deberían ser 0,5 ppm, tendríamos otra valorización oficial. En tratados y digestos internacionales, indican que a nivel dermatológico, los equipos generadores de ozono, no deben superar los 0,2 mg por litro de ozono, a fin de no hiperoxidar la piel. Todo esto a nivel oficial. Con respecto al uso interno, no existen en forma oficial, valoraciones normalizadas. Existen estudios de entidades que valorizan sus concentraciones sin indicar el porqué de las mismas. Y así vemos la escuela italiana, donde hablan de altas concentraciones y la escuela rusa que habla de bajas concentraciones. A nuestro criterio, debemos aplicar muy bajas concentraciones a fin de tener un resultado final, de carácter terapéutico deseado. ¿Por qué deben ser bajas concentraciones? Una oxidación trae siempre aparejada una combustión y este proceso se desarrolla en cadena. Por lo tanto, una hiperoxidación, es el aumento de una oxidación normal, la cual irremediablemente, por esta combustión, conlleva a una suba de temperatura. Cuando las combustiones son enérgicas, o sea de alto grado de oxidación, las temperaturas son proporcionales al nivel de oxidación producido. En síntesis, como contrapartida a un aumento de oxidación se produce un aumento de temperatura corporal. Esto puede reflejarse en que algunas aplicaciones efectuadas por profesionales de la salud, y según sus comentarios, resulten dolorosas al paciente, presentando enrojecimiento cutáneo y en algunos casos necrosis celular. Las concentraciones indicadas según las Escuelas, nos indican valores que oscilan entre 20 a 50 microgramos por mililitro. Esto es igual a 20 o 50 miligramos por litro o a 10 o 25 partes por millón a nivel del mar. Como se podrá apreciar es una alta dosis de una sustancia hiperoxidante -peróxido- que aumentará la reacción en cadena en un vehículo (cuerpo humano) cargado de agua a 37 °C o a mayor temperatura en zonas inflamadas. La velocidad de reacción será proporcional a la ruptura de oxidantes y reductores que afecte la función orbital del electrón actuante, produciendo una cadena incontable de radicales libres de alta peligrosidad.
Por lo expuesto recomendamos, según nuestra Escuela, el empleo de reactores que no produzcan concentraciones de ozono superiores a 1 microgramo por mililitro o su equivalente a una mezcla programada de 99,95% de oxígeno y 0,05% de ozono o expresión porcentual de 100 microgramos cada 100 ml de la mezcla detallada, valorada en condiciones normales de temperatura y presión.
Dr. Francisco Carlos Bacchetta
Químico
Pte. de ADELO - Asociación Argentina del Ozono